Reinaldo Hernández Cardona

* 1939

  • “Las personas estaban disfrutando en el año 70 por unos diez, once años... sencillamente estaban utilizando los productos heredados del capitalismo y realmente estaba muy limitada la oferta de electrodomésticos y muy atrasada. Entonces el gobierno empezó a tratar de vincular la producción y lo que hacía el trabajador, haciéndole como un premio el derecho de comprar un televisor. Por ejemplo en mi fábrica había 300 trabajadores y vendían diez televisores disponibles para los que producían más. Entonces eran un proyecto que le decían de méritos. Digamos que él que tenía diez méritos le ganaba el televisor al que tenía nueve méritos. Si tú ibas a actos políticos, era un mérito. Si tú pasabas de grado, otro mérito, si sobrecumplías la producción, otro mérito. Si eras disciplinados, otro mérito. Y los deméritos eran todo lo contrario. Si no trabajabas bien, si salías mal en la escuela o tenías una actitud mala. Se jugaba así la oferta. Imagínense las broncas que yo inclusive vi, de un trabajador fajarse con otro, porque el otro se ganó el televisor. Entonces se desmentían que no tenían estos méritos. Todo eso fue lamentable, pero fue una realidad de este proceso en Cuba en los años setenta, setenta y pico.”

  • “Hay que señalar que si algún valor o alguna capacidad tenía el señor (Fidel Castro), era sencillamente llevar a cabo con el populismo... lograr a captar y dominar a la gente... levarlos a las expresiones que él quería. Recordemos que el pueblo noble como fue el cubano llegó incluso a pedir paredón. Fíjense la maldad de esta persona y qué logró con su populismo. Ellos crearon un ambiente inicial mediante juicios que parecían los juicios de Roma en el Coliseo, de la Ciudad Deportiva. Eran capaces de decirle al pueblo... La caridad de esa persona que van a fusilar... mentiras todas. No les hacían juicios, las leyes que amparaban todo el ser humano desaparecían, no las utilizaban y convencían a mucha gente de que era necesario eliminar a toda esa gente como Sosa Blanco. Hubo muchos, era muy lamentable. Al mismo tiempo él quiso que el pueblo supiera de lo que él había sido capaz de hacer, de fusilar. Cualquier reconciliación posterior tendría que recordar de que Fidel Castro era capaz de fusilar a tantas personas.”

  • “La ética ciudadana era tal que la población rechazaba y trataba de evitar ir a la prisión... era, digamos, la cosa más denigrante. Tan es así, que se puede decir que a la nación le bastaba una docena de prisiones para cubrir esos casos de violar la ley. Sin embargo, este sistema, llamado sistema entre comillas, ha tenido la necesidad de incrementar en decenas... cincuenta, sesenta prisiones. Y es significativo concurrir que una de las más significativas sencillamente son las dispuestas para los presos políticos, que antiguamente eran excepcionales, porque la libertad de asociación, de expresión y de acción estaban aseguradas.”

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    Cuba, 01.01.2024

    (audio)
    duration: 02:42:15
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Los dirigentes insistían que Cuba iba a producir más queso que Holanda

Reinaldo Hernández Cardona nació el 14 de febrero de 1939 en Puentes Grandes, Cuba. El pueblo que hoy en día pertenece a la municipalidad de Playa estaba lleno de fábricas industriales en las cuales trabajaba tanto su padre como el mismo Reinaldo. Debido a la difícil situación económica de la familia que contaba con cinco hijos y dos hijas, la vida laboral empezó bastante temprano para el muchacho que combinaba los estudios en la secundaria con trabajos temporales desde el sexto grado. Reinaldo recuerda los tiempos antes del triunfo de la Revolución Cubana como un período relativamente feliz, en el cual los habitantes de Cuba disfrutaban de libertades ciertamente limitadas en muchos aspectos de la vida cotidiana, pero que junto con la creciente economía y la sociedad civil funcional proporcionaban un entorno lleno de alegría y respeto. El triunfo de la guerrilla bajo el liderazgo de Fidel Castro y el cambio brusco del régimen significó para Reinaldo una multiplicación de sus problemas que tenía debido a su actitud contestataria. Se reclamaba entre otras cosas sobre la insuficiente seguridad en las fábricas, pero nunca logró cambio. Reinaldo describe y explica en unas anécdotas enganchadoras las tendencias socioeconómicas con las cuales tenía que lidiar la sociedad cubana durante varias décadas del gobierno de los hermanos Castro. En los principios de la década de los 90 empezó a estrecharse su relación con el movimiento opositor cubano, lo que resultó en hostigamiento constante del cual fue víctima durante muchos años.