Salvador Blanco

* 1953

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  • “Muchas cosas pasaron. Vi matar mucha gente. Recuerdo las puñaladas, como cuando se abre un saco de azúcar, un saco de tela. Recuerdo la gente gritar y las caras cortadas, Una de las ofensas más grandes que existía en esa época cuando entré a la prisión era, cuando había un problema personal entre dos presos, era si uno cogía una lata con excrementos y esa lata la lanzaba al otro. Cuando pasaba eso, de allí para allá lo único que quedaba era vengar ese acto con sangre, matar a al que lo hizo. Vi cosas y aprendí algo: cuando uno está encerrado en esas condiciones que no hay salida. La mayoría de los crímenes se cometen por el complejo. El complejo de ser humano frente a los que lo rodean. En las cárceles, sobre todo de presos comunes, se mataba por complejos. Y vi muchos acomplejados, vi muchos que mataron, que apuñalaron solamente por haber sido herida su susceptibilidad. Pero era un contraste que yo no sé cómo sobreviví. ¿Por qué yo no sé cómo sobreviví? Porque nunca imaginé por mi actitud ante la vida que yo fuera estar en prisión. Y ese cambio de noche a mañana, no sé cómo continúo siendo una persona normal. Me ven hablando. Me ven hablando solo que casi siempre y dedicando unas palabras al Señor. ‘Salvador, ¿está hablando solo?’ Y yo digo: ‘No. No.’ Y podría tener toda la razón de este mundo para hablar solo. Y no un momentito, sino 24 horas del día porque la soledad es una amiga, pero también una enemiga. La soledad solamente, poder sobrevivir a la soledad del encierre en ese tipo de condiciones. Esa soledad, aunque estás en una celda con 120 personas, la sientes. Eso es un de las cosas más terribles que puede haber. ¿Y qué es lo que hacen los sistemas comunistas? Te aplastan, te aplastan al punto de hacerte saber que tú no eres nadie. Que todo lo que tuviste fue porque te lo dio la Revolución y sin la Revolución tú nunca vas a ser nadie.”

  • “Nosotros, ídolos, éramos invitados y podíamos tener acceso a lugares privilegiados, sobre todo a la playa de Varadero, considerada una de las playas más bellas del mundo. Porque a la zona que íbamos solamente podían entrar y tener acceso dirigentes e hijos y familiares de dirigentes. Allí no faltaba nada. Si en la actualidad le preguntas a un cubano qué cosa es un camarón, no sabe decirle qué cosa es un camarón. Pero en aquella época camarón, langosta, cerdo, toda la comida que Usted. podía imaginar la tenían estos familiares y estos dirigentes. Dirigentes del partido fuerte, no cualquier dirigente del partido, de alguna fábrica. No, no, no, eso no existía para esos miembros del partido comunista. Esto era Comité Central y punto. Pero esta relación le obliga a uno a las cosas que más me disgustó. En dos o tres oportunidades me sentaron en un cabaré al lado a Ortega. O sea, yo sentado aquí y aquí Ortega. O aquí Ortega y aquí el hermano. Recuerdo que el hermano de Ortega tenía un problema de la mano. Que tomaba el whisky así con este defecto. Yo no he visto, no existe un presidente tan repugnante como el mismo Ortega. Ortega de un pelo grasoso, un brillo, una falta de higiene total. Y cómo desfilaban, cómo le traían delante de mí niñas de quizás quince, dieciséis, diecisiete años que él escogía y se sentaban en la mesa. Yo tuve que pasar por todo ese momento de repugnancia. Yo le pedía a Dios, por lo menos, que, si va a estar con esta niña, que se bañe. Y famoso también la mujer de Ortega que se lo ha aprobado ser un violador, un individuo con grandes y profundos problemas sexuales, violación, abusos. Pero la esposa de Ortega en muchas fotos que ha salido también se considera una de las primeras damas, vamos a decir para no ser ofensivos, como una de las menos pulcras. Sobre todo en la forma, en el aseo y en el comportamiento cubano y latinoamericano en cuanto a lo que es la limpieza personal.”

  • “Con mejor salí de esos tres años, fue porque me condenaron a… bueno, me decían que era agente de la CIA, falta de respeto, desacato a los poderes populares del Estado, a los poderes del partido comunista y a la figura del comandante en jefe. Más el intento… tentativa de salir ilegalmente del país. Porque ustedes, en Checoslovaquia, los países que tienen frontera quizás tienen más posibilidades de salir, pero Cuba rodeada de agua… el mar, lo único que existía. Entonces siempre se dice tentativa - eres condenado por la tentativa. Porque si lo logras, ya no puedes ser condenado. Así lo político. En tantos países que los cubanos han podido tener, incluyendo a Miami que es de mar más conocido pasar el estrecho de la Florida y llegar a esta costa que como muchos les decimos y lo son costas de libertad.”

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    Miami, 25.05.2017

    (audio)
    duration: 01:37:09
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El comunismo es una mentira total

Salvador Blanco / Miami / 2017
Salvador Blanco / Miami / 2017
photo: Post Bellum

Salvador Blanco nació el 6 de mayo de 1953 en la ciudad pesquera de Caibarién, en el centro de Cuba, pero creció en la capital, La Habana. Su familia vivía en el recinto de la Escuela Superior de Bellas Artes, y desde la infancia se dedicó al teatro, la música y la pantomima. En 1973, tras finalizar el servicio militar obligatorio, Salvador Blanco obtuvo un puesto en la televisión estatal cubana. En un programa de entretenimiento infantil interpretaba al gato El Gatito y pronto se hizo popular entre los espectadores de toda Cuba. Su fama creció y llegó a ser una figura reconocida en la televisión, el cine y el teatro, disfrutando de los privilegios de un artista prominente. Sin embargo, en 1982, durante un encuentro personal con Fidel Castro, lo ofendió y fue acusado de colaborar con la CIA, de desacreditar al régimen y de intentar emigrar. Fue condenado a tres años de prisión en condiciones terribles dentro de las cárceles cubanas, donde estuvo recluido junto a criminales condenados por los delitos más graves. En el Festival de Cine de Cannes de 1984, el actor francés Yves Montand pidió públicamente al régimen cubano que liberara a Salvador Blanco. Tras cumplir su condena, estuvo bajo la vigilancia de la policía secreta y trabajó en la construcción, pero gracias a los esfuerzos de políticos franceses logró salir de Cuba y viajar a París. Vivió en Francia y participó en conferencias internacionales en defensa de los derechos humanos. Finalmente, se trasladó a Miami, donde tuvo un papel destacado en Radio y TV Martí.