Guillermo Fariñas Hernández

* 1962

  • “La literatura samizdat, de todo lo que había ocurrido en 1949 Polonia, lo de la masacre de los oficiales en Polonia, lo de la traición y la división de Polonia entre Stalin e Hitler en el 1939, todo eso, diríamos los procesos de Moscú, todos los procesos Moscú, el asesinato de Trotski, todo eso lo leía en ruso. Porque la literatura samizdat me daba la posibilidad, todo eso estaba realmente cerrado en Cuba, no teníamos ninguna posibilidad de leerlo. Pero también cosas más cercanas, que ocurrió en Hungría en 1956, que ocurrió en Checoslovaquia en 1968, como habían asesinado a presidente de Afganistán en 1978, todo esto, en esa comunidad se trasmitía. Nosotros lo íbamos asimilando, en caso mío yo lo fui asimilando, yo ahí me convertí realmente en un anticomunista. Pero con una característica. Yo siempre les he dado las gracias a los ‘lobos de Tambov’ que era como les decía a los guerrilleros que habían existido en esa ciudad y sus descendientes se hacían llamar también los ‘lobos de Tambov’. No hacían la guerrilla, pero la guerrilla en este momento era de ideas. Yo siempre les he dado las gracias, porque los ‘lobos de Tambov’ fueron los que me convirtieron a mí en un anticomunista, un anticomunista que soy”.

  • “En ‘Los Camilitos’ había una intolerancia, una violencia planificada, porque a nosotros nos estaban preparando para invadir al mundo, invadir América Latina, invadir África, esto uno se da cuenta después. No se aceptaba nadie que fuera homosexual, las palizas contra las personas que fueran cobarde, hacia, en que pidieron la baja. Los oficiales del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias eran realmente muy fuertes con nosotros. Ellos decían que nosotros nos teníamos que preparar para estar solo en una selva y sobrevivir. También, ahí, la violencia, desde el punto de vista planificado, ahí no solamente el judo, tuvimos que aprender luchas, aprender karate, kung-fu, toda una serie de artes marciales, que hacían realmente muy violentos. Yo digo que un ejército es la violencia planificada. Los ejércitos están hechos para precisamente hacer la violencia. De punto de vista académico yo me destaqué, pero también me destaqué desde un punto de vista en nivel de temeridad, que hice durante esos seis años. Lo que sí, ya cuando estábamos en doceno grado, se me concede una carrera para la Unión Soviética, en la especialidad de tropas de desembarco y asalto aéreo, las famosas VDV [Las Tropas Aerotransportadas], las boinas azules rusos y, bueno, creo que muchos aspiraban a tener carrera en la Unión Soviética, digamos de qué un cuerpo como un latinoamericano vaya a estudiar a West Point en los Estados Unidos Americanos. Esto trajo como consecuencia que, yo me sentí realmente realizado a toda esta, en este momento mi cosmovisión era una cosmovisión marxista, una cosmovisión intolerante totalitaria. Yo pensaba que lo peor que podía haber era el capitalismo, lo mejor que podía haber era el socialismo, podemos decir que pensamos de otra manera, teníamos 16, 17 años”.

  • “En el año 1995 hubo un enfrentamiento total. Porque además yo ya comencé a usar, en aquel momento, surgiendo, en aquel momento naciente la prensa independiente y comencé a decir sobre la corrupción que había en el hospital, sobre la venta de leche en polvo, de toallas, de sábanas, de jabones que venían de la Unidad Europea como donaciones. Y la directora, que era miembro de Comité Central de aquel hospital, junto con un grupo de secuaces se dedicaban en venderlo. Este trajo como consecuencia, yo en un Consejo de Dirección le dije que, era una corrupta, y le dije una frase de la que me arrepiento: ‘La gente como tú, que deja, que le roba la leche a los enfermos y a los niños enfermos, que no se pueden recuperar de sus patologías, de sus enfermedades, porque no tienen una alimentación adecuada, lo que se merece es realmente dos tiros en la cabeza’. Yo le dije con una cuestión, una suposición, no porque yo lo fuera hacer, no fue una amenaza directa. De ahí ellos se montaron a esa frase y me llevaron ante el tribunal.”

  • Full recordings
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    Miami, USA, 17.05.2017

    (audio)
    duration: 01:10:59
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En la lucha no violenta hay fuerza

Guillermo Fariñas Hernández, 2017
Guillermo Fariñas Hernández, 2017
photo: Post Bellum

Guillermo Fariñas Hernández nació el 3 de enero de 1962 en la ciudad Santa Clara, República de Cuba. Sus padres pertenecían al revolucionario Movimiento 26 de julio, liderado por Fidel Castro. Guillermo creció en casa de su abuelo, hasta que su padre lo envió en 1974 a escuela militar “Los Camilitas”, donde preparaban a los cubanos jóvenes para luchar en América Latina y África, donde Fidel Castro intentaba exportar la Revolución Cubana. En 1981 Guillermo participó en la guerra de Angola, ubicado en las tropas antiguerrillas. En 1982 obtuvo beca para estudiar en academia militar en la Unión Soviética, donde se familiarizó con la literatura samizdat. Conoció la historia censurada por el régimen comunista en Cuba y se convirtió en anticomunista. En el año 1985 fue herido en un accidente y regresó a Cuba, donde estudió psicología y se graduó en 1988. Se desempeñó como pediatra psicólogo en varios hospitales y, era precisamente en aquella época, cuando empezó abiertamente criticar al sistema comunista por la corrupción, clientelismo y violencia hacia los oponentes del régimen. En 1995 pasó 22 meses en la cárcel por denunciar la corrupción. Comenzó a organizar protestas y huelgas de hambre, se convirtió en disidente reconocido nacional e internacionalmente y relator de derechos humanos importante. En 2010 declaró huelga de hambre como protesta contra la violencia, que resultó en la excarcelación de 116 prisioneros cubanos. Está determinado proseguir en la lucha no violenta contra el régimen comunista en su país.