“Eran pescadores de todo lo que se revolvía en el mundo. De todo… no les pasaba nada por alto. Un descubrimiento, un estudio mineral, vegetal, animal, político, como quiera. Se interesaban en todo y siempre iban a buscar ganancia para poder imponer la hegemonía. La hegemonía que siempre querían tener e imponer en el mundo.”
“Usted va a una compañía aérea, saca su pasaje. Automáticamente, este pasaje va a una base de datos, donde se activa si a usted se le da un circulado de aviso. Cuando está el circulado de aviso con su nombre y apellido, se avisa al oficial que lo pone en circulación. Entre el tiempo que usted hace la reservación y el tiempo de su salida puede pasar que el circulado de aviso pase a prohibición. Entonces sacó su pasaje y cuando llegó al aeropuerto, ya cambió el aviso a prohibición. Lo mismo puede ser cuando usted va a entrar a Cuba.”
“De la última moda el último televisor, en este medio nosotros vivíamos. Le puedo hacer una anécdota de del año 1971 o 1972… // Esos quince se hicieron donde hoy está la unidad de tránsito en [la calle] 1er y 12 que en aquellos años era el gimnasio donde iban los privilegiados estos y en este lugar se hicieron estos quince. ¿Qué grupo fue que tocó cuando se había prohibido la música en inglés? Cuando se estaba reprimiendo tanto a los artistas, a la juventud, se habían prohibido a los Beatles, todo eso… Sin embrago, en aquella fiesta suntuosa me pareció que yo estaba en un desfile de Chanel. El lujo… Y yo tenía puesto un vestidito de algodoncito satinado que me había hecho mi abuela que cuando aquello todavía estaba aquí, y unos zapaticos que estaban en un vestuario de estas personas que mi mamá me los había cogido algo más chiquitos sin embargo todavía me quedaban grandes y en medio de toda esta fastuosidad yo estaba así vestidita, toda limpia, pero muy rutera. Aquello me chocó, y yo tendría 11, 12 años. No era compatible aquel derroche y aquellas cosas con la educación que a mí me estaban inculcando de extranjerismo, de la penetración ideológica. Es una doble moral, aquello me marcó.”
“(En Cuba) todo se procesa. No hay ningún hombre que sea insignificante, que no merezca ser vigilado. No hay nadie mínimo que no merezca ser vigilado. Y el criterio de la bodega, el criterio de la guagua, todo eso se analiza. De allí viene el análisis de la información, esta información se procesa, se estudia y se llega a una conclusión sobre qué se va a trabajar. De esta increíblemente mísera información que salió de un comentario de la bodega y pues y pues y pues.”
“Mi papá era licenciado en Ciencias Políticas, muy dedicado al marxismo, a la dialéctica, con posgrado, con un nivel de interiorización del marxismo… hasta un grado patológico. Sus ideales y sus principios fueron patológicos, porque jamás no entendió nada. La única vez que yo vi a mi papá no estar de acuerdo fue el 26 de julio de 1992 que se despenalizó el dólar. En aquel momento, vi la única expresión suya de desacuerdo, pero no se opuso, porque fue la decisión de Fidel. Y hay que situarse en el contexto en que estaba Cuba en estos momentos que por eso se despenalizaba. Según él era una medida de contrarrevolucionarios y anexionistas, textualmente, esto no se me va a olvidar nunca, porque un revolucionario tiene que vivir con lo que nos dan en la bodega. Imagínense que esta situación que estamos pasando ahora está más grave. Él entendía que tenía que seguirse ateniendo con lo que le pudiera dar la revolución. Y así murió. En mi casa no se ponía hablar inglés, no se podía oír la música. Me dijo que de esa gente no quería ni el idioma. Nada que fuera la propaganda, un chicle con cuidado… Era un nazi marxista.”
Georgina “Gina” Galardy González nació el 14 de mayo de 1960 en una familia estrechamente vinculada al proceso revolucionario cubano. Su padre participó en las luchas contra el gobierno de Fulgencio Batista en las filas del Ejército Rebelde. Más tarde contribuyó en la fundación del Partido Comunista de Cuba y trabajó para la Seguridad del Estado. Debido a sus actividades durante la misión supuestamente diplomática, sin embargo en realidad de espionaje, se expulsó a la familia de Nueva York, donde vivían a finales de los años 60. Igual que José Manuel Galardy Alarcón, también la madre de Georgina fue parte del aparato de los servicios de inteligencia y casi toda su vida era miembro de la Dirección General de la Inteligencia. Mientras que en la casa de Georgina se exigía una disciplina total de acuerdo a la ideología socialista y antiimperialista, la vida de la clase alta cubana demostraba la hipocresía en sus fiestas opulentas en las cuales participaba también Georgina. Se graduó en especialidad de migración del Instituto Superior de Contrainteligencia y trabajó en la Dirección de Migración y Extranjería y gracias a ello conoce bien las prácticas de perseguimiento, chantaje y secuestro que se utilizaban en contra de las personas que se oponían al régimen. Tuvo la oportunidad de conocer a varios de los personajes míticos del régimen cubano. Después de su desmovilización de la Dirección de Migración y Extranjería trabajó por ejemplo en un Servicentro y su situación económica fue empeorándose. Sus relaciones dentro de la Iglesia católica contribuyeron en un profundo cambio de su pensamiento que la llevó a oponerse al régimen cubano.