“La plataforma dio mucho que hablar, porque éramos oportunistas. Yo recuerdo que una de las acciones más oportunistas, porque aprovechábamos las polémicas, aprovechábamos la política interna de este país [España] para nosotros meter la pelota en la portería o en el juego, como se dice. Yo me acuerdo esa noche cuando quitaron a Franco, el último monumento de Franco que estaba al lado de Nuevos Ministerios, fue el último que había en la calle. Fue muy polémico, porque lo quitaron de noche, y no sé qué, y bla bla, y toda la prensa hablando de eso. Y yo para eso tenía mucho instinto. Al día siguiente yo estaba ahí, donde habían bajado a Franco, porque habían dejado el pedestal, y subí a Fidel Castro, pero subí a Fidel Castro en un contenedor de basura que yo me había robado por ahí, sí, no sé dónde me lo robé en la calle, a alguien se lo quité, creo que fue a un colegio… Me llevé un contenedor de basura, de estos que tienen la tapa naranja, y le conecté tres micrófonos, y metí dentro un Fidel Castro tamaño natural, aguantando el micrófono y con la mano así como siempre la ponía, y le puse “la basura te absolverá”, como era un contenedor de basura… Y un poco el record que tenía: tantos presos políticos, tantos fusilados y tal. O sea, yo me fui ahí con ese contenedor de basura, y según quitaron a Franco, subí a Castro, y eso fue polémico porque imagínate, los Nuevos Ministerios, eso está lleno de Guardia Civil, Policía… Nunca he visto tanta Policía y tanto Guardia Civil a mi lado como ese día”.
“No todo es negativo dentro en esos sistemas. Siempre hay algún poli, siempre hay alguien que de alguna manera simpatiza contigo. Yo recuerdo que cuando yo ya entré a la prisión de Boniato, había un enfermero que era amigo de un amigo mío, y ese enfermero colaboraba dando la orden de que me sacaran de mi celda y me llevaran a la enfermería, y me inyectaba vitaminas. Era su manera de colaborar. No sé ni cómo se llama esa persona, pero se lo agradezco. O aquel poli que jugándoselo todo, era vecino de un amigo tuyo y entonces tu familia te llevaba una cajetilla de cigarros y tu deseabas que estuviese de guardia ese poli, porque cuando él estaba de guardia y nadie lo podía ver, tu te acercabas a la puerta con discreción, y qué habilidad teníamos para coger el paquete…”
“Entonces yo asumí la responsabilidad de que nos hacíamos responsables de fundar Liberación en todo Oriente y Camagüey. Y fue una pasada. Porque claro, ya podías ir con cosas mucho más serias, con gente en La Habana… Comienzas a sentirte fuerte, porque ya no somos tres gatos, ya no somos tres en una ciudad. Entonces comenzamos a formar toda una estructura en Oriente y Camagüey. Fascinante, la verdad es que yo creo que fue una de las mejores épocas para mí dentro de la Oposición, con mucha motivación. Y era fácil, porque era ir a casa de tu amigo y decirle ‘estamos en esto’. Éramos de los grupos que más fácil lo tenían para organizarse, porque teníamos unos principios comunes, nos conocíamos de toda la vida, sabíamos más o menos de qué pata cojeábamos, y por que no decirlo, en más de una ocasión contábamos también con la simpatía y el apoyo de la Iglesia.”
“Políticamente, que yo creo que es lo que de alguna manera me ha hecho diferenciarme, cómo no decirlo así, de la gran mayoría, como he ido contando, yo creo que ese punto culmen lo alcancé a los 16 años, cuando yo vi lo que sucedió con el Mariel. Nunca he visto algo a nivel popular tan salvaje, tan atroz, de vecino a vecino. Te sacaban del colegio para ir a casa de tu profesor, que no se había metido con nadie, que era una persona decente, una persona educada, y había que ir a la casa de tu profesor a gritarle “escoria”, a gritarle “gusano”, a tirarle huevos, a tirarle piedras… las cosas más horribles que se puedan ver, en una sociedad totalmente enloquecida. Yo creo que ahí yo hice una inflexión y fue cuando yo comencé a sentir motivaciones políticas. Y eso me comenzó a convertir en un tipo muy rebelde.”
No me gusta que la gente me quiera definir, si ni siquiera yo sé quién soy. Solo sé que apasionadamente me gusta la libertad
Rigoberto Carceller Ibarra nació en la ciudad de Santiago de Cuba el 26 de agosto de 1963, y fue educado en la fe cristiana, por lo que sufrió un acoso continuo en la escuela y posteriormente en el colegio de secundaria. Con 16 años, debido a los actos de repudio ocasionados con motivo de la crisis de Mariel, se definió políticamente y comenzó a hacer activismo con un grupo de personas marginadas por la sociedad cubana y reunidas en torno a la Iglesia católica. Años después, se unió al Movimiento Cristiano de Liberación [MCL] en La Habana, y fue el encargado de fundar y extender el movimiento por el Oriente de Cuba. En 1992 cayó en prisión junto con otros compañeros del MCL, y fue excarcelado y deportado a España un año y medio después, gracias a la mediación de la Iglesia católica. Continuó su activismo desde Madrid y fundó dos proyectos para colaborar con Cuba que tuvieron gran repercusión: Puente Familiar con Cuba y Cuba Democracia ¡Ya! Sin embargo, afirma haber quedado desencantado por el carácter desconfiado y oportunista de la oposición en el exilio y la posición siempre hipócrita e interesada de la clase política española.