The following text is not a historical study. It is a retelling of the witness’s life story based on the memories recorded in the interview. The story was processed by external collaborators of the Memory of Nations. In some cases, the short biography draws on documents made available by the Security Forces Archives, State District Archives, National Archives, or other institutions. These are used merely to complement the witness’s testimony. The referenced pages of such files are saved in the Documents section.

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José Ángel Correa Pardo (* 1973)

A Cuba la han metido en un fanguero

  • nacido el 29 de mayo de 1973 en Guantánamo, Cuba

  • su padre trabajaba de Ingeniero de Comunicaciones en la Base Naval de Guantánamo y tenía ideas críticas en contra del régimen comunista cubano

  • en su infancia, su padre fue preso repetidas veces preso

  • acusado de ser espía e informante de la CIA, fue condenado a 8 años de privación de libertad

  • pasó por varias cárceles, incluyendo el Hospital Psiquiátrico de La Habana, mejor conocido como Mazorra

  • ahí, el régimen cubano castigaba a los presos políticos mezclándolos en los pabellones con los pacientes psiquiátricos más graves, y los torturaban con manguerazos de agua fría y electroshocks

  • José Ángel decidió alejarse de la gente, dedicarse a la zapatería que le enseñó su papá como sustento de vida, y en su momento, emigrar de Cuba

**** český příběh uveden po španělském originálu ****

“Mira cómo yo vivo, vivo herméticamente cerrado en mi casa, y ahora estoy lanzando una cerca por todo el alrededor de mi casa para que todo el mundo se quede afuera. Yo no quiero saber de la gente, compadre. La gente lo único que hace es hacer daño, se acercan a ti porque quieren saber cómo tú vives, qué tú haces. Y como yo vivo cerrado herméticamente, no saben, y eso les molesta”, dice José Ángel Correa Pardo.

José Ángel Correa Pardo nació el 29 de mayo de 1973 en Guantánamo, Cuba, y pasó una gran parte de su infancia solo con su mamá, debido a que su papá, José Luis Correa Medina, fue repetidamente preso. “Mi papá trabajaba en la Base Naval [de Guantánamo], era Ingeniero en Comunicación. Y papá tenía sus ideas, que eran mal vistas por las personas que tenían ese tipo de ideas. Y por esas mismas ideas mi papá cayó preso”, narra José Ángel. Fue juzgado como un posible peligro, acusado de ser espía de la CIA americana

Tortura de presos políticos en el Hospital Psiquiátrico

A José Luis Correa Medina, padre de José Ángel, lo metieron ocho años preso en Mazorra, como es conocido el Hospital Psiquiátrico de La Habana “Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé”. De su privación de libertad, el papá de José Ángel le contaba a detalle: “Él me contaba que el Hospital Psiquiátrico de Mazorra en La Habana, en la parte de arriba, tenían a los enfermos que eran más dóciles, pero en la parte de abajo había cárceles, y los metían a los presos políticos en aquel tiempo junto con los locos peligrosos. Decía que les escupían la comida…” recuerda José Ángel e inmediatamente agrega: “Decía que había un salón grande, y en el centro había como una cárcel de rejas, como un cubículo de rejas, y a todos los presos los metían ahí, cogían una manguera con agua y les echaban agua, para mojarlos. Es increíble eso, compadre, agua fría”.

Desafortunadamente, el agua fría no era la única manera de torturar a los presos políticos en la Mazorra. “Un día sí, un día no, les metían electroshocks, eso no lo soportaba nadie”, recuerda José Ángel de las narraciones de su papá. “Se ponían a llorar, venían y los agarraban, y los metían en el piso… Decía que el primer chuchazo que les daban, se lo daban aquí [en la mandíbula], y el segundo aquí [en la sien]”, agrega detalles del infierno que vivió su padre.

Me di cuenta de que yo era el hijo de Correa

Mientras tanto, José Ángel y su mamá tenían que mantenerse como fuera, su mamá trabajaba en el hospital y para un ingreso extra fabricaba aguardiente casero. José Ángel creció como un muchacho rebelde en un ambiente hostil, enfocado en contra de su familia. “Me dijeron que se acabaron las matrículas”, comenta José Ángel, al cual con esta excusa se le imposibilitó desarrollar sus gustos musicales en el Centro de Superación para la Cultura. “Yo no entendía por qué me sucedían estas cosas. Y después me di cuenta de que yo era hijo de Correa. Ha sido muy difícil”, comenta al respecto. Aparte de daños emocionales, José Ángel se llevó también una que otra cicatriz física – la de su frente viene de cómo un oficial lo empujó durante uno de aquellos registros domiciliarios, y José Ángel se cayó en la esquina áspera de la pared.

Si es que a este ambiente hostil se agregaban los constantes registros de domicilio, múltiples retenciones y encarcelamientos más de su papá y las reacciones de la gente del barrio riéndose y diciendo “Ahora sí que no sale”, según recuerda José Ángel de su infancia, no es de extrañar que, poco a poco, fue cerrando su mundo, alejándose de la gente. “Ahí fue cuando empecé a ver que esto aquí era un desastre“, resume José Ángel. “Mantengo la misma idea de mi papá, pienso igual que mi papá”, agrega en cuanto al legado de su padre, ya fallecido, y encima, habiéndose pasado sus últimas décadas como un alcohólico. “Esa gente acabó con mi papá, lo destruyeron”, narra José Ángel.

Este sistema ya no da más

Marginado, oprimido, José Ángel sigue manteniendo viva la idea opositora suya y de su papá. “Compadre, qué te voy a decir. Esto es un desastre. Este sistema ya no da más. Ellos ya deberían irse. Ya aquí esto se acabó, esto no funciona, y lo saben. Mira adónde han metido este país, lo han metido en un fanguero”, comenta al respecto. Habiendo grabado aún en Guantánamo, llegó con naturaleza la pregunta de su posible emigración de la isla. “Quisiera. Tengo que hacerlo, compadre, tengo que hacerlo…” repite José Ángel. En el momento de la publicación de esta entrevista, en junio de 2023, ya se puede decir que lo logró. Aunque aún está geográficamente lejos de su sueño del destino final.

 

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„Podívej se, jak žiju, žiju uzavřený ve svém domě a teď kolem něj stavím plot, aby nikdo nemohl dovnitř. Nechci o ostatních nic vědět, člověče. Jediné, co dělají, je, že ti ubližujou… snaží se k tobě přiblížit, protože chtějí vědět, jak žiješ, co děláš. A protože žiju takhle uzavřený, nic o mě neví a to jim vadí,” říká José Ángel Correa Pardo.

José Ángel Correa Pardo se narodil 29. května 1973 v Guantánamo na Kubě a velkou část dětství strávil sám s matkou, protože jeho otec José Luis Correa Medina byl opakovaně vězněn. „Můj otec pracoval na námořní základně [v zátoce Guantánamo], byl komunikační inženýr. Táta měl své názory, které se určitým lidem nelíbily. A právě za ně byl později uvězněn,” vypráví José Ángel. Byl souzen jako možné nebezpečí a obviněn ze špionáže pro americké CIA.

Mučení politických vězňů v psychiatrické léčebně

José Luis Correa Medina, otec Josého Ángela, byl osm let vězněn v klinice Mazorra, což je celým názvem psychiatrická nemocnice „Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé” v Havaně. O svém odnětí svobody otec José Ángelovi vyprávěl detailně: „Popisoval mi, že v havanské psychiatrické nemocnici Mazorra, v horní části, měli nemocné lidi, kteří byli poslušnější, ale v dolní části byly věznice a tam zavírali politické vězně společně s nebezpečnými šílenci. Říkal, že na ně plivali jídlo...” vzpomíná José Ángel a hned dodává: „Říkal, že tam byla velká místnost a uprostřed bylo něco jako vězení s mřížemi, takový box s mřížemi, a všechny vězně tam zavřeli, vzali hadici s vodou a stříkali na ně vodu, aby je namočili. Rozumíte tomu, člověče, ledová voda.”

Naneštěstí ledová voda nebyla jediný způsob, jak byli političtí vězni v Mazoře mučeni. „A každý druhý den přišly elektrošoky, to nikdo nezvládal.” vzpomíná José Ángel na vyprávění svého otce. „Brečeli, ale oni přišli, chytli je a hodili je na zem. Říkal, že první ránu jim dali tady [do čelisti] a druhou tady [do spánku],” přidává podrobnosti o pekle, kterým jeho otec prošel.

Syn svého otce

José Ángel a jeho matka se zatím museli živit sami, matka pracovala v nemocnici a přivydělávala si výrobou domácího aguardiente. José Ángel vyrůstal jako vzpurný chlapec v nevlídném prostředí zaměřeném proti jeho rodině. „Řekli mi, že zápis předmětů skončil” říká José Ángel, kterému s touto výmluvou zabránili rozvíjet jeho hudební talent v místní umělecké instituci. „Nechápal jsem, proč se mi takové věci dějí. A pak jsem si uvědomil, že jsem syn José Correa. Bylo to náročné,” říká. Kromě emocionálních zranění si José Ángel odnesl i několik opravdových jizev – ta na čele pochází z toho, jak do něj při jedné z domovních prohlídek policista strčil a José Ángel spadl na roh hrubé zdi.

Když se k tomuto nepřátelskému prostředí přidaly neustálé domovní prohlídky, několikanásobné zadržení a uvěznění jeho otce a reakce lidí ze sousedství, kteří se smáli a říkali: „Teď už fakt nikam nepůjde,” jak José Ángel vzpomíná, není divu, že se postupně uzavřel do svého světa a distancoval se od lidí. „Tehdy jsem začal vnímat, že je to tu otřesné,” shrnuje José Ángel. „zachovávám stejné přesvědčení jako táta, přemýšlím stejně jako můj táta,” dodává k odkazu svého dnes již zesnulého otce, který strávil svá poslední léta jako alkoholik. „Ti lidé mého otce zničili, zničili ho,” říká José Ángel.

Vystrčený, utlačovaný José Ángel stále udržuje svou a otcovu představu o opozici. „Člověče, co ti budu povídat. Je to tu hrozné. Z tohohle systému nic dobrého nevzejde. Měli by už jít. Tady to končí, nefunguje to a oni to vědí. Podívej se, kam tuhle zemi dostali, stáhli ji do úplně na dno.” Poté, co tento rozhovor nahrál ještě na Guantánamo, přišla přirozeně na řadu otázka jeho možné emigrace z ostrova. „Chtěl bych. Musím to udělat, člověče, musím...” opakuje José Ángel. V době zveřejnění tohoto rozhovoru, v červnu 2023, už můžeme říci, že to udělal. I když je od své konečné vysněné destinace ještě daleko.

© Všechna práva vycházejí z práv projektu: Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation

  • Witness story in project Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation (Eva Kubátová)