“Eso fue la respuesta… negarlo todo. Y no pueden hacer otra cosa. De hecho intentaron dar algunos estimulazos comunicacionales. Por ejemplo ese primer mensaje de Díaz-Canel de la orden de combate era muy fuerte a nivel simbólico, incluso entre los propios partidarios del Gobierno hubo gente que lo criticó eso porque fue un llamado a una guerra civil, que no es nada nuevo, o sea eso lo hacía Fidel. No hay nada nuevo, Díaz-Canel respondió de la misma manera como hubiera respondido Fidel Castro, como mismo respondió Raúl Castro. Que de hecho esta respuesta no es de Díaz-Canel. Pero fue muy fuerte a nivel simbólico, tanto dentro del país como fuera del país. Ya alrededor del tercer día cuando estaba más o menos aplacada la situación empezaron a dar un cambio discursivo, a hablar del amor y reconciliación. Pero solo a nivel discursivo. En la práctica las boinas negras, las tropas especiales seguían batiendo los barrios y sacando a personas de sus casas y haciendo juicios sumarios.”
“Como yo no estaba dispuesto a cumplir una sanción que era a todas luces injusta ni tampoco estaba dispuesto a dejar de escribir en ningún lugar porque yo escribo donde lo entienda conveniente, yo soy una persona libre… pues pedí la baja de la Universidad y me fui el día 28 de febrero, casualmente el día de cumpleaños de mi mamá. Ese fue el regalo de cumpleaños que le di porque mi mamá a todo este proceso lo llevó muy mal, porque vino aparejado con una campaña de descrédito y desprestigio en toda la provincia, ya saben, que soy un mercenario, que soy un traidor. La Seguridad del Estado estaba persiguiéndome, haciéndome citaciones para interrogatorios. Todas estas cosas afectaron muchísimo a mi mamá y ella me pidió que solicitara la baja de la Universidad y que también saliera del país.”
“En diciembre de 2017 intentaron expulsar a un estudiante de mi Facultad, un estudiante de Periodismo, por unas críticas muy epidérmicas que había hecho en un blog personal que él tenía. Yo como profesor me opuse abiertamente desde que yo no estaba de acuerdo con eso y a partir de ese momento pues la Dirección de la Universidad como que se enfocó en mí creyendo que yo era responsable de los criterios de los estudiantes. En realidad no era así, yo ni siquiera a esa generación de estudiantes les había podido dar clases… solamente en primer año porque estaba fuera del país. Y nada… cuando regresamos de vacaciones del fin del año, en enero, me entregaron una sanción en la cual se me rebajaba la remuneración, o sea la sanción era ir de bibliotecario durante un año, por el hecho de yo colaborar con el Cuba Posible y se me decía que constituí un mal ejemplo para los estudiantes y los profesores jóvenes del Departamento. Me ubicaron a cumplir esta sanción, yo apelé a la sanción, pero para poder apelarla tenía que empezar a cumplir la sanción. Ese fue un mes, el tiempo que estuve allí, de mucha persecución, mucho acoso, mucho hostigamiento por parte de la Seguridad del Estado, las autoridades en la Universidad…”
Yo creo que lo que pasó en Cuba puede pasar en cualquier otro lugar
José Raúl Gallegos nació en 1986 en Camagüey, la tercera ciudad más poblada de Cuba, situada en la parte central de la isla. Creció en medio de la propaganda del régimen y pronto se convirtió en un joven pionero. Al mismo tiempo nunca le faltó un ojo crítico. Empezaba a darse cuenta de algunos puntos débiles del sistema político gobernante y de su impacto sobre la sociedad ya durante su tiempo de adolescente. Sin embrago, hay que resaltar que en aquel entonces nunca se sentía como un opositor. Creía en la revolución y estaba convencido de que todo se puede arreglar dentro de los márgenes establecidos. Cuando había que decidir sobre el carácter de sus estudios universitarios, optó por periodismo. Al principio quería dedicarse al periodismo deportivo. Sin embargo, durante las prácticas pudo verificar como era el modus operandi en los medios oficiales y teniendo esta experiencia prefirió quedarse en la universidad y convertirse en un profesor de la Teoría de Comunicación. Entretanto hizo varios programas en la televisión en los que se debatía dentro de los márgenes de lo permitido. Hizo su maestría en México, donde llegó a participar en las actividades del proyecto Laboratorio de Ideas – Cuba Posible, una agrupación libre de intelectuales independientes que debatían sobre el presente y el futuro de Cuba. Cuando regresó a Cuba, fue acusado de ser un mal ejemplo a sus alumnos y colegas debido a su apoyo de un estudiante que se expresaba críticamente sobre algunos aspectos del sistema cubano en su blog personal. José Raúl fue sancionado, le obligaron a dejar el puesto de profesor por unos seis meses y pasar a trabajar de bibliotecario. Al mismo tiempo se convirtió en el objetivo de una fuerte campaña de descrédito y de una serie de hostigamientos y abusos por parte de las autoridades y de la Seguridad del Estado. Eso afectó mucho también a su madre. Decidió regresar a México, donde se dedica a la investigación sobre los medios independientes.