Grace Piney

* 1973

  • “Muchas personas en Cuba tuvieron que salir sin sus hijos, o sus hijos se fueron y ellos se tuvieron que quedar, cómo fue el caso de mis padres. Cuando yo estaba preparando los trámites para irme de Cuba, me negaron mi información académica en la universidad, me amenazaron con que me dejarían salir a mí pero no dejarían salir a mi hijo, mi hijo tenía un año… Me hicieron un registro en mi casa, me encerraron en un cuarto o en una habitación oscura, con las cortinas de color burdeos, y un militar del Ministerio del Interior me dijo que como mucho, me iban a dejar salir a mí de Cuba, pero que mi hijo era un hijo de la Revolución y por esa misma razón se negaban a darme mi información académica. Fueron meses de mucha tensión, cuando finalmente llegué a España finalmente con mi hijo, pesaba 80 libras [36 kg], o sea que estaba en un estado bien delicado. Había estado prácticamente un año sin dormir, porque como me amenazaron con que me quitaban a mi hijo, y ya habían entrado y me habían hecho un registro en mi casa, me habían dejado la casa vuelta al revés, yo tenía miedo de que entraran y se llevaran al bebé. Así que me acostaba, me ponía compresas de agua fresca en los ojos, y llegué a alcanzar un punto de semivigilia, un punto en que yo no estaba dormida, pero estaba lo suficientemente relajada como para descansar un poco. No pudo haber sido un descanso total. Yo escuchaba todos los ruidos, escuchaba los movimientos, y estaba todo el tiempo pendiente de que el bebé estaba al lado de mi cama.”

  • “El extenso brazo de la represión del castrismo llega a los cubanos, incluso cuando viven fuera de Cuba. Hay muchos testimonios sobre esto. En mi caso concreto, yo salí con la conciencia de que salía con un compromiso. Yo no salí para vivir mejor fuera de Cuba, yo salí para trabajar por Cuba. Y en cuanto comencé a hacer ese trabajo, empecé a encontrar las dificultades. Cuando el primer congreso sobre Cuba que organicé [Congreso Internacional sobre Creación y Exilio con Cuba a la Distancia], que fue en la Universidad de Cádiz, allí empezaron los primeros problemas. La universidad aceptó concederles a los estudiantes que participaran en el congreso, créditos académicos. Y la universidad nos concedía además una partida presupuestaria y la disposición de los espacios, o sea que el congreso iba a ser en las aulas de la Universidad de Cádiz. Y tres días antes de empezar el congreso, con ya muchos participantes volando o ya estando en Cádiz, nos dijeron que no podíamos hacer el congreso. Nos dijeron que no podíamos usar la imagen de la Universidad y que los créditos para los estudiantes no iban a ser concedidos, después de estar aprobados y firmados en un documento. Cuando indagamos, supimos que era que de La Habana los habían llamado y los comunistas de la Universidad de Cádiz se negaban a que el congreso se hiciera allí. Tuvimos amenazas de manifestaciones en las calles, tuvimos amenazas de bombas, se escribieron letreros contra nosotros, se nos acusó incluso en los medios de comunicación de que organizábamos un congreso de terroristas… Era un congreso académico, un congreso en el que participaban profesores de diversas universidades del mundo entero.”

  • “Para mí imaginar por qué puede el comunismo ser seductor para las personas, es una experiencia absolutamente delirante, porque realmente yo no puedo imaginar cómo el comunismo puede ser seductor para alguien. Tengo que hacer un esfuerzo intelectual grande para imaginar eso. Yo no me puedo poner en el caso de imaginar que el comunismo pueda ser seductor. Pero analizando el comportamiento de las personas para quiénes es seductor el comunismo, pienso que les vende ideales, que es lo que compran, o sea les vende un ideal de igualdad, de oportunidades, que realmente es mentira. Porque en un contexto… El que te dé, lo que te dé… Si te quita tu libertad, no te está dando nada.”

  • “Cuando tenía cinco años, incluso antes de la experiencia del colegio con la historia de los españoles [cuando una maestra la acusó de que los españoles eran asesinos durante la era colonial], y esto habrá sido en el año 1978, mi familia cuenta que me paré delante de mi padre y le dije que me mandara fuera de Cuba, sola o con quien fuera, porque en Cuba no había una libertad, y yo necesitaba una libertad. Yo tengo un hijo, y cuando [él] tenía cinco años, yo escuchaba las cosas que decía, y yo pensé mucho de cómo de monstruosa tiene que ser la mentalidad de un niño para que con cinco años sea consciente de que no hay libertad, de que él necesita una libertad y de es posible buscarla. Yo recuerdo haber pasado muchas noches sin dormir, con esa edad. Me pasaba las noches enteras pensando en qué podía hacer yo para que en Cuba hubiera libertad.”

  • “Esa es la pregunta de los mil millones, por esa me tienen que pagar... La verdad es que no sé cómo va a ser el futuro de Cuba. Me gustaría fuera un futuro de libertad, me gustaría que los cubanos pudieran vivir en paz, que se reconstruyera la nación. Pero realmente en Cuba se necesita mucho trabajo. En Cuba hay que hacer una reconstrucción a todos los niveles. El nivel exterior – lo que la gente ve cuando llega a Cuba, es la destrucción de La Habana. Pero eso no es lo único. Eso probablemente sea lo más fácil - los edificios, probablemente sea lo más fácil de reconstruir. Y en estos momentos es complicado. Los cubanos que van a protagonizar y vivir el futuro, en estos momentos pueden estar en la primera fase de su juventud. Han nacido en un contexto totalitario, han nacido escuchando un discurso de rencor, un discurso errado. Y ojalá que hagan el proceso hacia esa mentalidad que les va a permitir vivir en una Cuba libre, en una Cuba democrática, donde los derechos y las libertades de las personas se respeten. Y yo quisiera creer que lo van a poder hacer por sí mismos. Pero realmente hay que enseñarles. Por eso todo el trabajo que se haga en función de Cuba puede ser… si no poco, por lo menos es necesario.”

  • Full recordings
  • 1

    Miami, 24.05.2017

    (audio)
    duration: 01:10:32
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“El extenso brazo del castrismo llega incluso a los cubanos que viven lejos de Cuba”

Grace Piney durante la grabación en Miami, 2017
Grace Piney durante la grabación en Miami, 2017
photo: archivo de Post Bellum

Grace Piney nació en 1973 en Cuba en una familia española. Recuerda que ya a los 5 años de edad tenía clara la idea de que a Cuba le faltaba democracia, lo cual marcó su camino vital. Consecuentemente, a los 9 años de edad, se negó “ser como Che [Guevara]” en un saludo pionero, lo cual causó muchos problemas en su escuela primaria, que la acompañaron prácticamente hasta su salida hacia la emigración a España. En el exilio se dedicó primeramente a organizar el Congreso Internacional sobre Creación y Exilio con Cuba a la Distancia entre los años 2000 - 2008, pero debido a constantes amenazas a distancia por el régimen castrista de Cuba, abandonó este empleo para convertirse en gerente de proyectos culturales dentro de la Fundación hispano-cubana. En el año 2011 se mudó a Miami, Estados Unidos, donde trabaja como editora de noticias cubanas en el periódico Nuevo Herald, y así se mantiene al día sobre la realidad de su isla natal.