“Antes de responder esa pregunta [de comparación de educación antes y ahora] te voy a responder cuando yo me fui de educación y pedí la baja, yo ya estaba obstinado y no aguantaba más, fue en el 1985 o 1986. Un amigo mío llegó a la casa corriendo, montando un caballo y me dice: ‘Leo, ¿cómo tú vas a dejar de ser maestro?’ Él me quería mucho. Y le dije: ‘Dejé de ser maestro porque me gustaba ser maestro, sencillamente’. Y él me dijo: ‘Te comprendo’. De educación puedo hablarte cosas de las cuales yo estaba asqueado. Por ejemplo, de lo que más me afectó, fue el promocionismo en las escuelas. Del promocionismo puedo decirte que en mi escuela había 650 alumnos, estaba sobresaturada de matrículas de todos los muchachos de zona rural. Algunos no eran de zonas rurales, pero aquellos lugares estaban reservados para los hijos de los dirigentes que querían traer a sus muchachos ahí por si querían deshacerse de ellos por quince días, porque ellos tenían otros cargos, de eso ocurría. Y todos los muchachos tenían que aprobar. Tenías que aprobar el 100 por ciento de los muchachos. Incluso hay casos de muchachos que eran prácticamente subnormales y eran hijos de dirigentes, había que aprobarlos. Todo eso venía detrás del promocionismo, después hubo otros años que se implantaron los exámenes de la alineanidad. Era dejarles la prueba a los muchachos e irse el profesor del aula. Esas cosas chocan con uno que quiera de verdad educar cómo debe ser”.
“Te voy a decir otra cosa – antes había que tener promedios altos. Hoy con 60 no te afecta a escoger una carrera. Incluso si es a prueba de ingreso, también, si no es una carrera muy cotizada, puedes acceder a la universidad. Y eso te lo dice todo. ¿Me entiendes? Y entonces, sinceramente, uno de estos no tiene un nivel, tienen un desconocimiento total, no saben nada de historia y la historia que saben es historia sesgada. No saben nada de matemáticas, no saben nada de español mucho menos, son analfabetos. Y de educación cívica no se sabe. "Yo sueño que un día uno de los objetos principales en la enseñanza cubana sea la educación cívica. Sería excelente para los primeros años de una república con democracia en Cuba que se comenzara a trabajar para acabar con el daño antropológico que tenemos hoy. Y es el resultado de la educación que hemos tenido”.
“La bodeguita [de mi papá] paró en que... Yo fui testigo en el 1968 ya cuando triunfó este cataclismo… Fue el 14 de marzo 1968 cuando tocaron a la puerta de mi casa, yo me levanté porque me dijo [mi papá]: ‘Mañana me van a intervenir‘. No sé por qué lo sabía. Y yo me levanté y vi a un señor que traía a una amiguita de unos 16 o 17 años. Y le dijo: ‘eso es de nosotros’. Yo eché a llorar, tenía unos 14 años y mi papá me dijo: ‘No es nada, hijo, eso no tiene importancia’. Después, a través de los años me enteré, que esa muchacha que le intervino la tienda a mi papá, fue la misma que a mi papá le salvó a la madre, porque le dio 90 pesos para una operación. Sin embargo, yo a veces digo que el pueblo cubano fue tan inocente, tan bueno, que lo dio todo. Mi papá trató a esa muchacha que le confiscó la tienda, como una hija, y se convirtió casi en parte de la familia. Le ayudaba y no le guardó ningún tipo de rencor. Cosas que a veces, a través de los años que hemos vivido, no me explico cómo una persona puede ser tan noble. Porque no es sólo el caso de mi papá, fue el caso de varias personas que incluso trabajaron después como obreros en los lugares y establecimientos que ellos mismos les confiscaron e intervinieron. Ése fue el pueblo de Cuba”.
El pueblo cubano fue tan inocente, tan bueno, que lo dio todo
Leonardo Rodríguez Alonso nació el 6 de noviembre de 1954 en la zona rural de Camajuaní. Su papá fue un hombre de muy bajos recursos económicos, pero logró salir adelante abriendo una bodeguita, ya que siempre creyó en las oportunidades del capitalismo. Cuando llega la Revolución Cubana en 1959 y posteriormente, cuando se empiezan a confiscar los negocios privados, la tienda de su papá cae en las manos del régimen el 14 de marzo de 1968. Leonardo estudió en la primera Escuela de Campo y después realizó un curso de superación como profesor emergente. Primero se hizo maestro de primaria y luego se graduó en enseñanza media. Trabajó en escuelas rurales, a las cuales logró elevarlas, y en sus clases de ciencias y biología nunca dejó penetrar el adoctrinamiento totalitario. Sin embargo, después de ejercer 16 años como docente, en 1985 abandonó ese oficio que tanto amaba, por lo que describe como descomposición del sistema educacional cubano, que, junto con un fuerte promocionismo y tendencia de aprobar al 100 por ciento de los estudiantes, les hacía la vida imposible a los maestros con mentes libres. Por sus opiniones opositoras, defendiendo el capitalismo y dejándose sorprender por sus múltiples viajes a países democráticos, fue detenido varias veces, y está siendo perseguido por el régimen cubano. Sigue viviendo en Camajuaní y no pierde fe en que Cuba logre la libertad.