The following text is not a historical study. It is a retelling of the witness’s life story based on the memories recorded in the interview. The story was processed by external collaborators of the Memory of Nations. In some cases, the short biography draws on documents made available by the Security Forces Archives, State District Archives, National Archives, or other institutions. These are used merely to complement the witness’s testimony. The referenced pages of such files are saved in the Documents section.
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La historia de Cuba nunca va a ser escrita
nació el 24 de marzo de 1940 en Paso Real de San Diego, Cuba
en 1960 se alzaron sus hermanos y su tío a la montaña de Pinar del Río
en 1962 volvió a Cuba el tío de Aracely, entrenado por la CIA, fundación del Frente Unido Occidental
el 16 de mayo de 1964 capturado y asesinado el hermano de Aracely, Gilberto Rodríguez San Román
el 20 de mayo de 1964 Aracely detenida junto con sus otros hermanos y uno de sus tíos, otro tío se suicidó antes de ser capturado
1964 – 1967 prisiones de Pinar del Río, Guanajay y Guanabacoa
1967 – 1973 presa en la granja América Libre
1973 – 1979 presa en la granja Nuevo Amanecer
1979 liberada de la prisión, emigración a los Estados Unidos
estuvo casada con el expreso político Pablo Guerra Santos, que murió en Florida en 1993
vive en los Estado Unidos, ya nunca volvió a Cuba
Yo quisiera poder regresar a mi país, aunque sea para decir: ‘pisé de nuevo la tierra donde nací’. Cuánto yo quisiera regresar a Cuba y no sé si voy a poder regresar. Yo no sé si voy a poder regresar, porque los años son muchos y las esperanzas no son muchas…,” narra Aracely Rodríguez San Román, ciudadana estadounidense de origen cubano, después de haber pasado 15 años en prisión en Cuba por formar parte de un grupo contrarrevolucionario.
Aracely nació en Cuba el 24 de marzo de 1940 en Paso Real de San Diego, un pueblecito de Pinar del Río, en una familia números – tenía 11 hermanos, y ella era la del medio, es decir que tenía cinco hermanos menores y cinco mayores. A pesar de que su familia era pobre, emanaba amor y unión. Sin embargo, la niñez hermosa de Aracely se terminó en 1959, cuando llegó la Revolución Cubana: “todo cambió para mi familia, llegó Fidel Castro a Cuba y se acabó la tranquilidad, se acabó la paz,” recuerda.
Ya en 1960 se alzaron tres de sus hermanos y su tío en la montaña de Pinar del Río, desde donde organizaban resistencia contrarrevolucionaria. Después de unos ataques duros a los asentamientos en la montaña, su tío logró escaparse y esconderse en la embajada venezolana, desde donde fue llevado a los Estados Unidos y recibió entrenamiento por la Central de Inteligencia, es decir por la CIA, para organizar sabotaje al régimen en la isla.[1] Cuando en 1962 volvió a Cuba y regresó con los hermanos de Aracely a la montaña de Pinar del Río: “y allí fue donde formamos una organización que se llamó Frente Unido Occidental,” cuenta Aracely sobre unas de las organizaciones de resistencia contra el régimen castrista más importantes, que en su momento abarcó unos 1.000 miembros, quizás más.[2]
El tío de Aracely poco a poco sacaba a sus hermanos de la isla y se los llevaba de entrenamiento de la CIA. El hermano de Aracely, Arsenio se hizo incluso el jefe de sabotaje en Cuba. Sin embargo, la vida en la montaña de Pinar del Río era demasiado riesgosa: “El 13 de mayo de 1964 entró Gilberto Rodríguez San Román, otro hermano que se había entrenado aquí [en los Estados Unidos por la CIA], entró a Cuba. El 16 de mayo fue descubierto por las milicias de Fidel Castro y fue asesinado,” recuerda con una enorme tristeza y emoción Aracely, incluso después de casi seis décadas. La familia de Aracely estaba esperando a ver qué seguía, ya que todos ellos formaban parte de Frente Unido Occidental, el tío de Aracely era su jefe, y Aracely misma era la secretaria y tesorera de la organización. “Estaba mi tío, estaba mi otro hermano, y ellos tenían que estar escondidos porque ellos se habían ido de aquí. Entonces descubrieron a mi tío. Alguien que cogieron parece que dijo dónde estaba mi tío y lo descubrieron. Y mi tío, cuando lo fueron a coger, le dio candela a todos los papeles que él tenía, y le dio candela a la casa donde él estaba, y se dio un tiro. De hecho, que yo estoy hablando con ustedes ahora aquí es porque yo no estaba con él, porque él siempre me decía que, si nos iban a cogernos, el primer tiro me lo daba a mí y después se lo daba a él, porque él no quería que yo cayera presa, porque decía que iba a pasar muchísimo en la prisión, como así fue lógicamente. Pero no estaba yo allí...”
Entonces, el jefe de Frente Unido Occidental estaba muerto, igual que muchos de los miembros de la organización, y Aracely, junto con sus hermanos, fueron capturados por la milicia. Los únicos que se quedaron en su finca, fue su mamá, junto con su abuelo de 94 años, y su hermano menor que por aquel entonces tenía 14 años de edad. A Aracely la interrogaron, intentaron sacarle la información sobre el Frente mediante amenazas de muerte, la mantenían en completa oscuridad, la interrogaban en una sala helada mientras que ella andaba demasiado ligeramente vestida… “Yo me sentía tan mal y tan triste con todo lo que pasaba en mi casa, sobre todo la muerte de mi hermano, que fue una cosa muy dura para mí. Cuando llegué allí, fue lo primero que me dijeron, pero yo ya lo sabía, y me tiraron una pila de fotos de él muerto en una mesa. Pensaban que iba a hablar más, pero me encerró más, yo me sentía como muerta en vida.”
Aracely terminó en la prisión de Pinar del Río, como la única presa política entre el resto de presas comunes: “fue un infierno - había mujeres prostitutas, homosexuales, locas… Y allí estuve 10 meses,” narra Aracely. Entre tanto pasaron los juicios, Aracely fue condenada a 30 años de prisión y sus hermanos a 15 años. Uno de sus hermanos tuvo la suerte de escaparse de la milicia y huir a La Habana, donde se estuvo escondiendo en el departamento de la hermana de Aracely que se había quedado viuda, hasta que lo pudieron sacar de la isla en una lancha clandestina. “Así pasó es infeliz pobrecito 24 años, con una pistola y con una bala, quería decir que, si lo iban a coger, vivo no lo cogerían,” resume la historia de uno de sus muchos hermanos Aracely.
Entre tanto, Aracely seguía en la prisión en Pinar del Río, adonde poco a poco llegaban otras presas políticas, junto con las cuales fue trasladada a la prisión de Guanajay. “En Guanajay ya como estaba yo en mi mundo, porque eran unas personas que afinaban conmigo como personas, como ser humano, afinaban conmigo, porque eran personas como yo, pues enseguida uno hace amistad, se siente uno mejor allí,” cuenta Aracely. Y conforme iba acercándose con las otras presas, iba aumentando igualmente su dolor por sus destinos: “Lo que pasaba allí, si era una cosa mala, la sufríamos todos, y si era una alegría, nos alegrábamos todos. Una cosa mala es que llegaba por ejemplo una persona de su juicio, y decía: ‘me condenaron a muerte a mi esposo’. Y ya se sabía que, si lo condenaron a muerte, ya era un hombre muerto. Muchas veces no era familia, era simplemente una amistad, pero es una cosa que uno sufre, porque es una persona que matan miserablemente... Es que no sé, ni como calificar la manera con que ellos trataban a esas personas, como ellos podían ser tan malos, tan diabólicos, que no tenían compasión con nadie. No importa si era una persona mayor, si era una persona joven, si era un niño. Ellos llegaron a matar niños, muchachos… Fueron muchas, muchos horrores, lo que se pasaron en la prisión. Porque allí todas éramos hermanas. Allí, el dolor de una era el dolor de todas,” recuerda con una enorme emoción Aracely.
De Guanajay la trasladaron a la prisión de Guanabacoa: “Imagínese, en Guanabacoa, sacaron las presas comunes y nos metieron a nosotros, quiere decir que no se podía allí uno ni acostar en una cama, porque todo estaba muy sucio. Tuvimos que primero limpiar y fue algo terrible.” Después de la estadía en tres prisiones diferentes, las condiciones empezaron a aflojarse un poco. “Ya cuando pasaron los primeros años, ya pasó toda esa parte mala, ya no caían tantas personas presas, porque al principio fue en masas, cogían a personas en cantidades, fusilaban en cantidades y condenaban en cantidades. Pero ya después pasó un tiempo, digamos años, que ya a nosotros nos llevaron a granjas y eso… Pues no llegaban esas noticias de fusilados y eso, porque ya estábamos condenados todo el mundo, los hombres en prisión, fueron miles y miles y miles de hombres en prisión,” resume las razones por las cuales ya no aparecían más presos políticos en las prisiones.
En 1967 trasladaron a Aracely junto con otras presas políticas a una granja que se llamaba América Libre, más tarde a otra llamada Nuevo Amanecer (“¡mira qué nombres!” se ríe amargamente hoy en día Aracely), donde terminó su condena entre los años 1973 – 1979, gracias a que Cuba y los Estados Unidos de América firmaron un acuerdo sobre la liberación de los presos políticos y se los llevaron a los EE.UU. Sin embargo, el tío de Aracely que quedó preso el mismo día que ella, se quedó en la prisión hasta que cumplió su condena: “salió como anciano,” recuerda su apariencia después de 24 años preso Aracely. Finalmente, la familia, o al menos los que sobrevivieron el régimen castrista, se reunió en los Estados Unidos, donde Aracely reside hasta hoy en día.
Al final de la entrevista recuerda todavía a su padre: “Mi papá era un hombre bastante preparado, había leído mucho y tenía bastante inteligencia. Y yo recuerdo que mi papá, cuando triunfó la revolución, nos dijo: ‘Lo que había, no podía seguir, porque realmente el gobierno había incurrido en muchos errores. Pero esto que viene, va a acabar con este pueblo.’ Y acabó con él. Quiere decir que mi papá se había dado cuenta que ese gobierno no iba a ser bueno para Cuba. Y así fue. No fue bueno para Cuba, y casi sesenta años después, cincuenta y pico largos, ese gobierno permanece allí. Ya no está mi papá, ya no están cuántos miles y miles de cubanos han quedado aquí en la diáspora [de los Estados Unidos]. Que no van a poder ver a Cuba libre, como a lo mejor no la veo yo tampoco. Que es lo que yo quisiera.
El futuro de Cuba, lo ve bastante sombrío, le teme al no poder regresar a su patria nunca más, como menciona la cita inicial de este texto. Al mismo tiempo, sin embargo, tiene miedo de que la humanidad nunca podrá revelar las verdades cubanas del régimen castrista: “En Cuba ha pasado tanto, que yo creo que nunca, nunca, nunca, la historia de Cuba va a ser escrita. Nunca se va a saber todas las cosas que el pueblo de Cuba pasó, nunca…, y que los presos políticos pasamos, eso nunca se va a saber…” Esperemos que, con su testimonio, ya sea al menos un pequeño paso para esta revelación.
[1]Cómo informa el diario oficial del Partido Comunista de Cuba sobre los entrenamientos por parte de CIA (fuente ideológicamente corrupta): http://www.granma.cu/cuba/2014-10-08/el-fracaso-de-una-causa-que-nunca-triunfaria.
[2]La historia del Frente Unido Occidental forma parte del libro „The Cuban Counterrevolution“ de Jesús Arboleya (disponible en Google Books online): https://books.google.com.mx/books?id=kr_qEEfEf24C&pg=PA359&lpg=PA359&dq=frente+unido+occidental+cuba&source=bl&ots=qFq2hukPRX&sig=9wuyepJo9zjXv4Tmv6XWCgf8I0c&hl=cs&sa=X&ved=0ahUKEwiHhNfsiancAhVEmK0KHV3kCPEQ6AEIPzAD#v=onepage&q=frente%20unido%20occidental%20cuba&f=false. Otras menciones se pueden encontrar en el libro „Pilares del Socialismo en Cuba. El Poder Revolucionario“ de Ramón Pérez Cabrera, véase online https://books.google.com.mx/books?id=M2JnAgAAQBAJ&pg=PA177&lpg=PA177&dq=frente+unido+occidental+cuba&source=bl&ots=g3kGi3Pixd&sig=Ix2lyQQoGpYHTl_Tvlw2uP0yKrQ&hl=cs&sa=X&ved=0ahUKEwiHhNfsiancAhVEmK0KHV3kCPEQ6AEIRDAE#v=onepage&q=frente%20unido%20occidental%20cuba&f=false.
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Witness story in project Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation (Eva Kubátová)