“Los únicos diez años mejores que tuvo la Revolución fue desde el 1980 hasta el 1989. Ya cuando se rompió el Bloque socialista, el llamado Periodo Especial, que es una burla, le pusieron ‘especial’ al hambre. Pero llegó este [de hoy]. Estos son los peores tiempos desde el 1959 hasta la fecha, están horribles, desastrosos. La gente se muere porque no hay medicina. La gente no se está alimentando, está subsistiendo.”
“La gente vivía con centavos. Si quieres te puedo decir antiguamente los precios de antes del 1959. Había por ejemplo el precio de arroz, que era un precio ascendente. Y a medida que iba aumentando el valor del arroz, aumentaba la calidad, desde luego. Ese era el arroz. Por otro lado, un paquete de cuatro salchichas valía seis centavos. Una lata de sardinas pequeña valía seis centavos. Una lata grande de sardinas valía 20 centavos. Y recuerdo por la década de los 1930s cuatro pollos por un peso. Y por los años cincuenta, el huevo valía tres centavos. O sea, que se vivía con centavos, no hacía falta pesos. Un trabajador pudiera tener honorarios de treinta pesos a la semana. Y con treinta pesos a la semana, cuando trabajaba, yo me calzaba, me vestía, andaba muy elegante, tomaba cerveza, desayunaba, almorzaba, comía, tomaba café y fumaba. Todo eso con treinta pesos a la semana. Viajé. O sea, la vida se vivía con muy poco dinero y se vivía demasiado feliz. Muy feliz. Tan pronto que llegó Fidel, empezó esto patrás patrás patrás, como un cangrejo, y desde ese momento, no se sabe el nombre que tiene esto. Esto se ha convertido en una verdadera desgracia. Estamos existiendo sin vivir.”
Llegó Fidel y patrás, patrás, patrás, como un cangrejo…
Reinaldo Zayas Rivas nació el 5 de julio de 1934 en un barrio marginal de La Habana. Se jubiló a sus 60 años de edad, pero por necesidad volvió a laborar, ahora hasta los 70 años. Después se hizo carretillero, vendedor ambulante de caramelos, oficio que ejercía otros 15 años hasta que llegó la pandemia de Covid-19 y le acabó con su negocio. Hoy en día sigue viviendo en el mismo barrio, comparte la casa con su hijo, cobra una pensión de 1500 pesos mensuales que no le alcanza para nada, y sufre de escasez crítica. De esta escasez culpa el régimen totalitario cubano desde el momento que llegó al poder en el año 1959, y con base en sus nueve décadas de vida, Reinaldo tiene la oportunidad de comparar el antes y después de los Castro.